No existe.
Eso te pasa porque no esperas, porque no tienes paciencia.
Vives al límite creyendo encontrar a cada dos metros tu príncipe azul. Y así te
va. Llorando, con roturas en un corazón que ni siquiera deberían estar ahí.
Porque tú te las buscas. Porque sabes que va a ocurrir incluso antes del primer
saludo. Pero eres así de ingenua. Te engañas creyéndote tus mentiras. Te
ilusionas aunque prometas que esta vez no va a ser así. Y te rompen una y otra
vez.
La paciencia no es una virtud que se incluya en mi nombre. Amo
sin condición, sin límites de tiempo. Porque el amor es mi droga. Porque
necesito mi dosis. Porque quiero mi historia.
Idealizas el amor. Piensas que los cuentos de hadas fueron
escritos porque tú vivirías algo exactamente igual. Pero no es así. Nunca será
así. No existen príncipes ni princesas. Princesa tú, mírate. No me hagas reír.
Tú que te entregas a la mínima por unas migajas de cariño.
Tienes razón.
Comentarios
Publicar un comentario