Entradas

Mostrando entradas de 2013

Todo estaba perdido.

Y entonces aparece él. Me mira. Me sonríe. Y me invita a dar una vuelta por las nubes. 

Demasiados locos en un solo mundo.

Qué felicidad más sorda. Qué risa más austera. Hoy todo pesa. Pesa el paso del tiempo. Los deseos que no se ven cumplidos. Los sueños que ya no son sueños. Desesperanza. Esa es la palabra. Y la confusión que le rodea. Porque las ganas de sonreír no aparecen y deberían haber llegado ya. 

Corazón cerrado por obras.

Imagen
Aún recuerdo el día de mi último cumpleaños. Y el deseo que llevaba escrito una de las velas que soplé. Todo era felicidad y esperanza por ver cumplido algo imposible. Sigo conservando esa vela. Alzándose orgullosa. Susurrando ese sueño que hablaba de ti. De un beso que no debería haber sido. De un "te quiero" que jamás debería haber sido pronunciado. Y ahora, habla del dolor que me deja tu ausencia, tu indiferencia... la derrota. Sí, se trata de una guerra que hoy doy por perdida. De una cicatriz que vuelvo a esconder tras una cara amable. Una cicatriz que duele. Duele demasiado. 

Cuando el desamor se convierte en costumbre.

Imagen
Soy una listilla. La típica listilla que se encapricha y acaba con el corazón astillado. La historia se repite una y otra vez. Y yo vuelvo a caer. Sobran los comentarios.

No existe.

Eso te pasa porque no esperas, porque no tienes paciencia. Vives al límite creyendo encontrar a cada dos metros tu príncipe azul. Y así te va. Llorando, con roturas en un corazón que ni siquiera deberían estar ahí. Porque tú te las buscas. Porque sabes que va a ocurrir incluso antes del primer saludo. Pero eres así de ingenua. Te engañas creyéndote tus mentiras. Te ilusionas aunque prometas que esta vez no va a ser así. Y te rompen una y otra vez. La paciencia no es una virtud que se incluya en mi nombre. Amo sin condición, sin límites de tiempo. Porque el amor es mi droga. Porque necesito mi dosis. Porque quiero mi historia. Idealizas el amor. Piensas que los cuentos de hadas fueron escritos porque tú vivirías algo exactamente igual. Pero no es así. Nunca será así. No existen príncipes ni princesas. Princesa tú, mírate. No me hagas reír. Tú que te entregas a la mínima por unas migajas de cariño. Tienes razón. 
Imagen
Me acuerdo de ti. Me acuerdo de ti hoy más que nunca. Te eché de menos, aún lo hago y creo que siempre lo haré. Y con lágrimas en los ojos te digo que te quise. Te quiero. Y siempre te voy a querer. Nos vemos el jueves a las cinco donde siempre.

Hablando de héroes y otras metas...

Hoy hace un bonito día para hacer nuestros sueños realidad... ¿no crees?
Supongo que estoy triste o que ese es mi estado natural cuando nadie me ve y me veo todo el tiempo como si fuera otra frente al amarillento  mapa de un tesoro que a lo mejor es el libro y a lo mejor eres tú. ¿Qué hacer con él, contigo, con este miedo?

Si el amor existiera no me haría esto.

Mi corazón permanece cerrado y blindado. Nadie podrá entrar y dañarlo. No habrá más lágrimas, sólo la nada absoluta.  Así se está mejor.

"Chops"

Una vez en una hoja amarilla de papel con rayas verdes escribió un poema Y lo llamo "Chops" porque así se llamaba su perro Y de eso trataba todo Y su profesor le puso un sobresaliente y una estrella dorada Y su madre lo colgó en la puerta de la cocina y se lo leyó a sus tías Ese fue el año en el que el padre Tracy llevó a todos los niños al zoo Y les dejó cantar en el autobús Y su hermana pequeña nació con las uñas de los pies diminutas y sin pelo Y su madre y su padre se besaban mucho Y la niña de la vuelta de la esquina le envió una tarjeta de San Valentin firmada con una fila de X y él tuvo que preguntarle a su padre qué significaban las X Y su padre siempre lo arropaba en la cama por la noche Y siempre estaba ahí para hacerlo  Una vez en una hoja blanca de papel con rayas azules escribió una poema Y lo llamó "Otoño" porque así se llamaba la estación Y de eso trataba todo Y su profesor le puso un sobresaliente

Carta al desamor

Querido amigo: Necesito contarle esto a alguien porque ya no aguanto más. Quiero hablarte de él una vez más. Hasta hace muy poco tiempo pensaba que ya le había encontrado. Que era el hombre de mi vida, el que me traía de cabeza hace poco más de un año. El mismo tiempo que llevo enamorada.  Y necesito hablar con alguien de esto, espero que tú lo entiendas. Él es el único que me ha hecho descubrir el amor en todos los sentidos. El sentimiento que guardo es tan fuerte y tan verdadero que me ha hecho abandonar todo lo que tenía. Sí, él lo ha conseguido. Consiguió que me reformara, que no mintiera más a nadie y mucho menos a mi misma. Que le esperara. Y sabe Dios el tiempo que llevo esperándole. Pero ese tiempo está pasando, las cosas van cada vez peor y yo no soy capaz de olvidarle. Y me duele, como él dice “porque yo quiero”. Quizás sea cierto, que esto me lo he buscado yo sola por no seguir adelante y quedarme mirando por si pasaba algo. “Seamos amigos” dijimos.

Partículas que cuentan historias.

Lo mejor de hacer el amor con la persona a la que amas es el amanecer del día siguiente. Cuando los rayos de sol que traspasan los cristales de la ventana dejan ver esas pequeñas partículas que se mantienen en el aire, contando historias sobre lo que sucedió la noche anterior. Pero no sólo ese pequeño detalle es lo más hermoso de hacer el amor con la persona a la que amas. . También es mágico su cuerpo desnudo dibujando lineas a través de las sábanas. Su pelo alborotado tapándole parte de su rostro. Sus ojos soñadores perfectamente entrecerrados. Y su boca entreabierta iluminando una pequeña sonrisa.  Pero lo que hace perfecto ese momento, es el sentimiento que guarda quien la mira.

Ángeles sin alas.

Y pasan los días y parece que no levantas cabeza. No entiendes este estado de ánimo que te impide seguir adelante. Estás en una especie de “standby” intentado analizar los pros y los contras de tu situación. Y siempre ganan los contras. Las canciones fatales, las frases sin sentido, el amor que ha perdido su rumbo. El corazón roto. Mil veces roto. Lágrimas y más lágrimas. El olvido no llega tan rápido como esperas y estás cayendo. Te golpeas contra el foso de tus recuerdos y te desvaneces. Ojalá así fuera. Perdonadme si desvarío, si con estas líneas no expreso más que incoherencias. Estoy mal, estoy bien… quien sabe. Sólo sé que estoy, que vivo porque respiro, porque mi corazón late. Nada más.
Imagen
Los vivos no saben disfrutar. Tienen demasiadas preocupaciones de las que ocuparse. Demasiados problemas que resolver. Siempre con las mismas prisas. No saben vivir, no saben qué es el placer.  Pero yo no estoy viva. Yo existo en tus sueños para hacerte vivir. Mientras te deslizo por tus sábanas y te arranco los primeros suspiros con mis muerdos. Si deshago mi poesía por tu garganta y cierras los ojos mientras encierro tu cuerpo entre mis piernas.  La única norma es que no hay normas. Sólo tócame. 

Van cuatro años.

Ya hace cuatro años. Parece mentira la manera en la que pasa el tiempo. Ya hace cuatro años que perdí a la persona más importante de mi vida. Mi abuelo, mi padre, mi mejor amigo, mi confesor, mi psicólogo, mi maestro, el mejor hombre que he tenido la suerte de conocer. Todavía no he superado su pérdida. Le he plantado cara y siempre termino huyendo inundada en un mar de lágrimas. Sí, ha pasado tiempo. Pero no el suficiente. Yo creo que he aprendido a convivir con el dolor que provoca echarle de menos así. Por eso, y ya por tradición, quería dedicarle unas palabras. Unas cuantas más. Abuelo, te quiero. Te echo de menos de una forma insana. Pero qué quieres que haga. Tú sabes que soy así. Tremendista y llorona como pocas. Sé que me proteges, desde donde sea que estés, cuidas de mí. Y ahora me he dado cuenta de eso, de que no estoy sola. Nunca lo he estado.  Porque tú estás ahí, aún sin estar. Y gracias a eso, sigo adelante. Porque tú me has dado la

Todo el mundo dice: "sólo tienes que dejarlo ir".

Estoy cayendo. Caigo más de lo que caí otras veces. Desciendo sin remedio por este oscuro hueco del corazón. De un corazón roto. Imposible de reparar. Necesito un respiro. Necesito aires nuevos. Necesito empezar de nuevo. Necesito enamorarme sin dolor. Necesito que me amen sin condición. Pero ahora no. Ahora sólo tengo tiempo para lamentarme de lo mal que estoy.  Del daño que tengo guardado. De las lágrimas que escuecen al caer. Estoy gris. Estoy en blanco  y negro. No quiero estar más.

Estás podrido por dentro.

Aquí está. Llegó de nuevo para quedarse. Hice caso omiso de las advertencias que anunciaban su llegada. "No pasa nada" pensaba para mí. Pero sí que pasa.  Es inútil perseguir sueños que son sólo cuentos de hadas.  No vale de nada intentar encontrarte cada vez que te escapas.  No encuentro palabras para describirlo. Es la sensación de un corazón roto. No, es mil veces peor.  Y el amor me ha hecho esto. El amor que tanto amo. Mi amor idílico y soñado. 

Recuérdame

Verde cielo desastroso, un columpio raído por el tiempo, y el cuerpo consumido por el humo. ... Completo silencio y se que todo va perdiendo sentido. Una misma cancion que suena y la lluvia que no para de latir. Por eso se que no volverás perdiendo toda mi libertad. Y ese banco sigue desierto esperando por ti y por mi. Ven, sientate aquí, en este lugar del mundo donde nadie podrá encontrarte. En este sueño que yo compongo, con cada letra de mi imaginación. Todas esas palabras llenas de silencio. Y estoy aquí para ti. Aquí para ti... Quizás, ese sea mi dulce destino. Porque no soy capaz de mirar, sin pronunciar tu nombre. Vamos resolviendo miedos. Llamando a las cosas por nuestro nombre. Consumiendo cada uno de nuestros deseos. Y deseando que nunca ocurra. Estás cerca... tan cerca. Huye. Encuéntrame pronto .

Carta a la desesperación

No son pocas las ganas que tengo de mandarlo todo a la mierda e irme de aquí. Porque ha vuelto a pasar. He huido mucho tiempo pero al final me encontró y me está absorbiendo a pasos agigantados. No son días pasajeros que algún día pasarán. Ha empezado y no tiene pinta de terminar. ¿Razones? Tengo muchas, o ninguna. A mí me han bastado para hundirme de nuevo en esto que tan bien conozco. Pero te las cuento por si andas algo perdido… He encontrado a alguien que es capaz de destruirme casi tanto como aquel que lo hizo en su momento. Es adictivo y venenoso. Debería alejarme de él pero me ha encontrado con las defensas bajo mínimos y no quiere soltarme. Cada palabra suya es un tranquilizante y una píldora de cianuro. No le quiero, esto no es amor. Estoy obsesionada. Y él aprovecha esto para tener control sobre mí. Todo el control. Hoy mismo me ha dicho cosas que han provocado que vuelva a arañarme los brazos.  Y si fuera lista le mandaría a paseo, que volviera por donde ha venido.

Dispara.

Por primera vez estoy segura de lo que sientes. De lo que verdaderamente sientes por él. Y te sientes tan bien que nada ni nadie puede estropear este momento. En el que un beso sella vuestras íntimas confesiones en un raído sofá a las tres de la madrugada. Un “Te quiero” que sabe mejor que ningún otro, un cosquilleo que siempre ha estado ahí y que ahora dejas volar. Por primera vez tienes miedo. Más miedo aún. Esto es muy fuerte, piensas. Sus ojos te atraviesan con su azul inmenso mientras las palabras se asientan en vuestras manos, que acarician lentamente el ambiente que habéis creado entre los dos. No existe nada más, ni frío, ni hambre, ni sueño. Tan solo vosotros, nada más.