Corazón cerrado por obras.

Aún recuerdo el día de mi último cumpleaños. Y el deseo que llevaba escrito una de las velas que soplé. Todo era felicidad y esperanza por ver cumplido algo imposible.

Sigo conservando esa vela. Alzándose orgullosa. Susurrando ese sueño que hablaba de ti. De un beso que no debería haber sido. De un "te quiero" que jamás debería haber sido pronunciado. Y ahora, habla del dolor que me deja tu ausencia, tu indiferencia... la derrota.

Sí, se trata de una guerra que hoy doy por perdida. De una cicatriz que vuelvo a esconder tras una cara amable. Una cicatriz que duele. Duele demasiado. 


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