Tu cama, mi calma.

He encontrado las razones que mi corazón entiende. Los ojos en los que me reflejo y en los que me pierdo para saber volver. Y no necesito más que una sonrisa tuya y tu mano acariciando la mía para saber que todo irá bien. 

Así como bien dice mi adorado Marwan,

Una mujer.
Un hombre.
Dos mitades de un mismo orgasmo
y una cama masacrada,
y una sábana que pierde la calma
que pide un bis,
que gustosos,
tras recuperar el aliento,

le volveremos a conceder.

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