Te amo. Te amo muchísimo. Tienen que pasar cosas como esta para darme cuenta que todavía no soy consciente de lo enamorada que estoy de ti. Todavía me sorprendo a mi misma. 

Es jueves por la noche y estoy nerviosa. Tengo que confesarte que tengo miedo, mucho miedo. Intento mantener la compostura y esta vez parece que hacerme la dura se me está dando bien. Sólo quiero abrazarte hasta llegar a ser parte de ti. Quiero que salgas de tu encierro. Necesito que seas libre. Para cuidarte como quiero y que me cuides. Para que me protejas del mundanal ruido y de esta realidad que ya sabes que no me gusta. Y como sólo tú sabes hacerlo.

Lo sé. Vuelvo a ser egoísta. No tengo remedio.

Sólo le pido a Dios, a los hados o a esas fuerzas celestiales que nos rodean, que te ayuden. Que te quieran la mitad de lo que te quiero yo. Y que por fin salga todo bien.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Una vez más.

Van cuatro años.