Has rebosado mi paciencia y tu sigues sin madurar.

Si así te sientes mejor, adelante. No va a cambiar nada... pues yo tengo capacidad para razonar. De ser una persona que puede dialogar con los problemas... y solucionarlos sin tomar decisiones drásticas. Y esto ha sido lo último pues es la última vez que me haces sentir como si nunca hubiese sido amiga tuya. Y me duele, porque yo he perdido muchas cosas para poder facilitarte la tuya. No lo pediste, lo sé... pero para mi eso era el concepto de una amistad verdadera. 

Ahora, tomo represalias, y tu te marchas, dejando atrás años y años de risas, lágrimas y secretos contados a medias. Pero sabes algo, me da igual. 

Por el simple hecho de que no me mereces, no me has merecido nunca.

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