Dos días que cambian una vida.

Ha pasado tiempo, las heridas ya han cicatrizado, las lágrimas han borrado el rastro de los meses fallidos, las caras largas y los gritos sin sentido.
 Ahora me encuentro en un círculo vicioso, dónde mi mente imperfecta no sabe qué hacer.
 Navego entre dos aguas. 

Y es que es un te quiero... y otro  te quiero. 
Ninguno más grande que el anterior, ninguno menos importante que el resto. 
Mi mente imperfecta no sabe que hacer, no quiero tomar una decisión, simplemente no puedo hacerlo.
 Por eso este descanso, dejando volar los sentimientos fallidos y  los que han llegado sin avisar.





Y yo volando al compás del viento pues ya me toca ver el sol.



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