Cuándo pienso que no puede doler más, cuándo creo que no existirá más daño…

No pretendo que ésta sea una entrada más de un blog sin importancia. Es el último pensamiento  que te dedico.

Nos conocimos hace varios años, no recuerdo si 3 ó 4, pero ahora no le doy importancia a la cifra. Me encantó verte, saber de ti y enseguida supe que seríamos especiales. Y en poco tiempo así ocurrió, el pasar tormentas juntos nos hizo fuertes. Tú me querías, yo te quería y era perfecto. Pero nada dura para siempre y los problemas surgieron, provocados por mí la mayoría de las veces y por ti otro tanto. Al principio nos reíamos de las gilipolleces que provocaban nuestros enfrentamientos e incluso llegamos a creer que era nuestra forma de “demostrarnos cariño” cada día.

Pero no fue así, íbamos cada vez más allá. “Jugamos a doler” como decías tú… y después confesábamos que nos echábamos de menos más que a nada. Y quizás, fue esto lo que nos rompió. Lo que destrozó algo tan bonito como lo que teníamos. Algo tan grande como lo que sentía por ti.

Pasó el tiempo, cada uno con nuestros proyectos, sin saber que era del otro aunque nos espiáramos a escondidas. Lo intentamos de nuevo, una y otra vez quisimos ser los mismos, quisimos forjar lo mismo, darle una oportunidad a aquello que ya estaba roto. Incluso queriendo formar algo nuevo con nosotros dos como protagonistas, no funcionó. Y nos equivocamos de nuevo.

Y esos abrazos rotos, que nos dimos hace pocos días… han volado. Se han desgastado de tanto usarlos como solución. Por eso, utilizo esta vía de escape. Para despedirme. Aunque no sepas de ella. Quería escribirte.

“Me has dado los mejores y los peores años de mi vida. Tú has estado allí, protagonista de cada uno de mis días. Y quería darte las gracias por dejarme algo de ti en mí. Olvidarte, nunca lo haré… te lo prometí y aún lo mantengo. Pero es un “hasta pronto” lo que aquí escribo. Hasta que nos volvamos a encontrar.”

Te amé, te quise, nunca te odié. No te vayas. No te olvidaré. Vuelve. Sé feliz.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Una vez más.

Van cuatro años.